Caine es un niño de 9 años que vive en Boyle Heights, un barrio de Los Ángeles, California. Su padre tiene una pequeña tienda de respuestos de automóvil llamada Smart Parts Auto, y quizás por ello pensó que a él también el gustaría tener su propio negocio y tener muchos clientes. Así que tras meses de ideas y preparativos Caine utilizó los meses del verano pasado en montar un local de máquinas recreativas hechas de cartón, con todas la imaginación de mundo, toneladas de ilusión e ingenio, y pocos medios. Él mismo diseñó los juegos, ideó un sistema de marcadores, mecanismos de seguridad y bolsas de regalos y premios.
Lo malo fue que la tienda del padre de Caine está en la zona industrial de Los Ángeles, por lo que apenas llegaban peatones y mucho menos clientes. Todo cambió el día que Nirvan Mullick, un realizador y animador, pasó por Smart Parts Auto buscando una manilla para su puerta. Nirvan vio las máquinas recreativas de cartón de Caine y le preguntó si podía jugar. “Le pregunté a Caine como funcionaba y me dijo que por 1 $ podría jugar dos partidas, pero que por 2 $ conseguiría una Fun Pass con 500 partidas. Cogí la Fun Pass” cuenta el propio realizador.
Pero Nirvan no se quedó ahí y pensó que sería muy bonito contar la historia de Caine y de su local de máquinas recreativas de cartón. Ayudado por sus amigos montó un flashmob para darle una sorpresa a Caine, y que se encontrara su negocio lleno de clientes. No es de extrañar que aquel día Caine volvía a casa con su padre dijera: “Papá, ha sido el día más feliz de mi vida”
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