Ni siquiera cuando nos ha dejado para siempre Steve Jobs deja de estar en boca de todo el mundo. Al parecer aún quedaban pasajes sin desclasificar acerca de la vida del fallecido co-fundador de Apple. Una ficha del Pentágono ha salido a la luz en la revista Wired, que data de la década de 1980, donde se examina el pasado de Jobs en un chequeo de seguridad, según informa Fayer Wayer.
El documento recoge que Jobs se sentía atemorizado ante la posibilidad de que su hija ilegítima fuera raptada,
para extorsionarlo y chantajearlo, “principalmente por motivos de
dinero, no porque tenga acceso a material o documentos Top Secret”
afirmaba en esta ficha. Asimismo, se incluyen ciertos “líos” que jobs
habría tenido con la policía, entre ellos un arresto por no pagar una
multa que le cursaron por manejar a exceso de velocidad.
En el documento es posible apreciar cómo el co-fundador de Apple también se refiere a su conocido consumo de LSD,
donde confiesa que “no tengo palabras para explicar el efecto que me
producía el LSD, pero sin embargo puedo decir que fue una experiencia
que cambió mi vida de manera positiva y que me alegro de haber vivido”.
Jobs declaró haber consumido entre 12 y 15 veces esta sustancia entre
1972 y 1974.
Jobs también relató sus andanzas con las “Blue Box”,
aparato que permitía realizar llamadas de larga distancia gratis desde
teléfonos públicos. Jobs afirmó que construyó una cuando tenía 14 años, y
que lo vio como un “desafío técnico” más que una manera para quebrantar
las leyes.
A pesar que no queda muy claro por qué se le realizó este chequeo de seguridad a Jobs, según la biografía escrita por Walter Isaacson,
era necesario porque había contratos entre Pixar y las agencias de
inteligencia para que éstas últimas pudieran usar equipos de
renderización para trabajar información de vuelos de reconocimiento y
satélites.
La consulta sobre su pasado se realizó en 1988 cuando Jobs era presidente de NeXT y todavía era dueño de Pixar.
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